jueves, 4 de febrero de 2010

Sexo imbuido: casos curiosos de mensajes ocultos


En estos días me estoy leyendo el libro: "Seducción subliminal" de Bryan Key. Es una de las lecturas que más he disfrutado en los últimos tiempos así que me animo a compartir algunas de sus enseñanzas y otro poco de mis reflexiones, caso contrario sería copiar y pegar :-)

Lo cierto es que este autor hace referencia en uno de sus capítulos al uso (abuso diría yo) del sexo en los mensajes publicitarios. Asevera que no hay agencia publicitaria que se precie que no cuente en su departamento artístico al menos un técnico en fijación. ¿A qué hago referencia? A las personas que se dedican a pensar y diseñar los mensajes subliminales en los más variados anuncios y portadas. La palabra SEXO es aquella que viene imbuida con más frecuencia en la publicidad que nos llega constantemente porque las técnicas de impresión multidimensionales permiten que las diversas palabras tabú vengan mencionadas hasta media docena de veces en cada anuncio.

¿Podemos hacer consciente estas palabras imbuidas? Depende de la técnica que se haya utilizado y de nuestra capacidad para dejar ir los patrones preestablecidos de percepción y abrirnos a las nuevas experiencias perceptuales. Pero lo cierto es que a nivel subliminal si que se perciben y precisamente, las palabras relacionadas con la sexualidad son aquellas que llaman poderosamente nuestra atención involuntaria.

Uno de los ejemplos que se comentan en el libro es el del pintor canadiense John Hock que un buen día decidió fijar la palabra Fuck (joder) en uno de sus cuadros abstractos. Relata este pintor que tuvo el cuadro colgado en la sala de su casa por dos años, junto a otros tantos cuadros suyos, y que durante este tiempo nadie se percató de la palabra escondida pero absolutamente todas las personas que lo visitaban quedaban fascinadas ante la obra "tan peculiar".

Más reciente en el tiempo se encuentra la historia de algunos estudiantes de pintura poco dotados artísticamente pero conocedores de las técnicas de fijación que decidieron imbuir palabras relacionadas con la sexualidad en sus obras. Esta era la única forma en la cual conseguían buenas puntuaciones, según ellos mismos reconocían.

Otro caso interesante del uso comercial de la palabra sexo puede rastrearse hasta la compañía Horsman Doll, cuando algunos años publicitó en The New York Times un anuncio para vender muñecas. La imagen de la niña y su muñeca estaba llena de mosaicos con la palabra sexo. ¿Enfocados al público infantil? Por supuesto que no. Este periódico lo leen los padres que serán aquellos que decidirían si comprar o no la muñeca, bastante cara por demás.

Sin embargo, no siempre las palabras se incluyen en las obras de manera intencionada. Tal es el caso sorprendente de una joven que asistía a terapia pues tenía una historia de serias inhibiciones sexuales. En una ocasión el terapeuta le pidió que se autorretratara para analizar posteriormente el dibujo en una sesión de grupo. La joven se pintó cubierta de ropa de pies a cabeza e incluso se añadió un par de botas e imaginen su sorpresa cuando uno de los pacientes le señaló al terapeuta que en una de las botas dibujadas aparecía la palabra sexo. Inmediatamente que esta persona señaló el lugar exacto, el resto del grupo pudo observar como los pliegues de las botas efectivamente delimitaban la palabra sexo.

En resumen, que los mensajes subliminales tienen los usos más disímiles pero lo cierto es que nos resulta muy difícil liberarnos de su influjo, sobre todo si están íntimamente relacionados con el sexo.


Fuente:
Bryan, W. (1998) Seducción Subliminal. México: Editorial Diana.

Fuente: http://sexo-eros.blogspot.com/2010/01/sexo-imbuido-casos-curiosos-de-mensajes.html

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