jueves, 11 de marzo de 2010

El Fisting: una práctica sexual extrema


Dentro del ámbito de la sexualidad existen diversas prácticas que se consideran extremas ya sea porque requieren una preparación especial por los riesgos que implican o porque dadas sus características, no son practicables o del gusto de todas las personas. El Fisting es una de ellas y, sin darle demasiados rodeos al término, consiste en la introducción de una mano o brazo en el ano o vagina.

Como podrán presuponer es algo que requiere muchísima preparación, cuidado y confianza en la pareja. En algunas ocasiones se necesitan varios meses antes de lograr una penetración completa. Tengamos en cuenta que tanto la vagina como el ano son músculos que pueden dilatarse suficientemente siempre que exista una preparación previa adecuada aunque siempre existe el riesgo de hemorragias, desgarres, microtraumas de la mucosa, fisuras anales o daño al esfínter anal; sobre todo en la zona anal ya que estos músculos son menos elásticos.

Vale aclarar que entre las muchas normas de cuidado que se asumen se encuentra: limarse adecuadamente las uñas con el fin de no desgarrar ningún tejido, utilizar lubrificación abundante e incluso algunas personas utilizan guantes quirúrgicos para no exponerse a posibles infecciones.

El fisting no es exclusivo de ninguna preferencia sexual, es realizado tanto por hombres como por mujeres, heterosexuales u homosexuales.

Generalmente la dilatación (que no preparación) es bastante simple e intuitiva: se comienza con un dedo, dando masajes circulares hasta sentir que el tejido se encuentra distendido; posteriormente se inserte el otro dedo y así sucesivamente. Una vez dentro existen diferentes formas de estimulación: la torsión, la vibración, el pistón y el soplador. La torsión hace referencia a rotar el puño de manera circular mientras que la vibración implica el movimiento rápido del puño pero sin realizar grandes movimientos, intentando imitar una vibración verdadera. El pistón indica el movimiento dentro-fuera, similar al de la penetración mientras que el soplador se refiere a abrir y cerrar la mano aumentando así la sensación de tensión muscular. Vale aclarar que la posición más cómoda para practicar el fisting es aquella similar a la posición que se adopta en las visitas al ginecólogo.

Vale aclarar que el momento de retirar la mano es igualmente delicado y generalmente se procede delicadamente, tal y como se comenzó pero en sentido inverso. Los días posteriores a la práctica conviene mantenerse atentos y ante la más mínima señal acudir al médico.

Como la mayoría de las prácticas sexuales extremas, muchas personas consideran el fisting como "anormal" y por ende, desechable e inmoral. Como siempre digo, para gustos se inventó la sexualidad; todo aquello que se realice de común acuerdo y que no atente contra la salud de las personas sino que les brinde placer está permitido. Es tarea de cada quien explorar su sexualidad y sus límites; eso sí, siendo siempre conscientes de los riesgos que enfrentamos.

Fuente: http://sexo-eros.blogspot.com/2010/03/el-fisting-una-practica-sexual-extrema.html

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