jueves, 31 de marzo de 2011

El placer sexual: ¿A dónde nos conducen las exigencias de la perfección sexual?


Las relaciones sexuales pueden estar centradas esencialmente en la reproducción, el intercambio de ternura, la ?exigencia de perfección? o el placer. Y es que, este contacto tan especial donde descubrimos nuestro cuerpo, donde experimentamos sensaciones tan placenteras y donde alcanzamos un grado único de intimidad con la pareja, ha sido matizado también por las creencias y estereotipos de nuestra sociedad.

En el hombre, la ?exigencia de perfección? se traduce en la obligación de hacerlo todo sin la participación activa de la mujer, lograr y mantener por un tiempo prudencial la erección, estimular sexualmente a la mujer tal y como le gusta y sin la necesidad de que ella lo oriente, durar unos 10 o 15 minutos sin eyacular y obtener el orgasmo al unísono. De manera general, la seguridad, autoestima y satisfacción del hombre parecen depender únicamente de la ?calidad de su rendimiento sexual?.

Por su parte, la ?exigencia de perfección? en la mujer se focaliza casi exclusivamente en la obtención del orgasmo, de tal forma, que si no lo logra se considera que no sirve para el sexo, o que posee alguna disfunción sexual.

De igual manera, estamos siendo atrapados por los estereotipos de nuestra sociedad ¿quién dice cual sexo es bueno y cual malo? ¿dónde está el límite del placer? ¿dónde queda la ternura y la satisfacción espiritual?

En la literatura sexológica siempre se ha referido que el orgasmo no debe ser un objetivo esencial en la relación sexual, que ésta debe orientarse a la obtención del placer sexual y no al desempeño ?correcto? de sus amantes, evitando así la instauración de presiones de rendimiento tanto en la mujer como en el hombre. Sin embargo, los patrones sociales que nos han enseñado desde pequeños nos indican algo completamente diferente.

Las exigencias de perfección nos llevan directamente a preocuparnos por nuestra propia naturaleza, y a considerar erróneamente nuestro papel en el sexo y en la relación intima con nuestra pareja. Entendamos que el buen sexo significa aceptar el placer sin culpa, sin estereotipos, ni creencias, teniendo además confianza absoluta en nuestra naturaleza humana y en la relación intima con nuestra pareja. Intentémoslo así, vale la pena.

Fuente: http://sexo-eros.blogspot.com/2011/03/el-placer-sexual-donde-nos-conducen-las.html

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