martes, 25 de mayo de 2010

Diez consejos sexuales

Pueden agregar el suyo, en materia de sexo todo y nada se ha dicho. ¿Cuáles serían tus mejores consejos sexuales?

Mi amigo Luis me ha llamado para regañarme luego de haberlo “balconeado” en mi post del miércoles. Dice que su súper secreta vida sexual ya quedó convertida en añicos gracias a mí. ¿No puedes hablar de alguien que no sea yo? No, le contesto. No por ahora, eres mi amigo y seguiré escribiendo de ti si es necesario. Me conoce a la perfección, sabe que no puede hacer nada ante mi necedad y a pesar de eso me quiere con esa complicidad que siempre ocurre en la amistad verdadera entre un hombre y una mujer.
Ahora tiene miedo de que su harem de mujeres decida dejarlo al enterarse de la cruda y triste realidad de su corazón multifamiliar. Bueno, si eso pasa ya te conseguirás otras, le dije. ¿Crees que es tan fácil? Por supuesto. Siempre hay un roto para un descosido.
Así, llegamos a la profunda plática de las estrategias para decirle a sus tantas mujeres que el Luis de mi blog no es el que ellas piensan, y que esta Nina no es la que ellas conocen sino un panzón, calvo y feo como efectivamente creen algunos avispados lectores.
¿Te imaginas cómo sería yo en hombre, gordo, calvo, feo y caliente? ¡Qué horror! Luego de reír interminablemente, al final un tema nos llevó al otro y, como siempre, y quién sabe por qué, terminamos hablando de sexo. ¿Cuáles serían tus mejores consejos sexuales? ¿Qué?, le pregunto.
Bueno, no sé, me gustaría saberlos, dice. No los necesitas, imagino que cuatro mujeres no estarán contigo por tu linda carita, le respondo. Al final, y luego de colgar el teléfono, su cuestionamiento me puso a pensar en esa clasificación y hoy apelando a su pregunta, se los paso al costo. A ver qué les parecen. Pueden agregar el suyo, en materia de sexo todo y nada se ha dicho.
1. Tomar la iniciativa. Creo que éste puede aplicar más a las mujeres. A los varones se les ha concedido la terrible responsabilidad de comenzar el juego sexual en la mayoría de las veces. Por suerte, eso sucede cada vez menos, pero sí, sucede. Mi amigo Luis, sí, el de las cuatro mujeres me ha dicho que está harto de que ellas, con deseo de sexo, no tomen la iniciativa o puedan incluso no tener relación sexual, por más deseosas que se encuentren, si él, EL hombre, no toma la iniciativa.
Y es que ellos a veces estarán en otro canal, estarán cansados o sí, ya lo sabemos todas, no son muy avispados para captar las señales “subliminales” que a veces lanzamos las mujeres. Bueno, cuando de sexo se trata no hay que ser subliminal, ¡hay que salir al ataque! Así que consejos para ellas: sean más atrevidas, tomen lo que es suyo cuando les plazca en el momento que sea, utilicen sus poderosas armas sensuales para salir al ataque y sean las primeras en decir “quiero”.
A ellos, bueno, no está de más inventar nuevas estrategias para proponer un rato de sexo (dejarle a ella mensajes en el celular de lo que ocurrirá a su llegada a casa, tomarla desprevenida en la ducha de mañana antes de ir a trabajar, en el auto antes de llegar a una fiesta de amigos o en la madrugada cuando está todavía dormida y despertarla con una buena sesión sexual para luego dormir plácidamente otra vez, créanme, puede funcionar).
2. Mejora tu sexo oral. Hemos leído y escuchado tanto sobre el tema y a la hora de la hora somos todavía tan ignorantes en ello que nunca está de más volverlo a mencionar, a no olvidar, a tomar en cuenta. Y sí, lo repito nuevamente, mejora tu sexo oral. Dicen que la práctica hace al maestro: bueno ¡imagina si practicas todos los días! Con cada pareja será, obviamente, algo distinto, pero de cualquier manera las herramientas que uno tenga se las lleva a cualquier parte y con quien sea. Mi amiga Blanca dice que hay cinco “S” para el oral: sé limpio, sé cuidadoso, sé rítmico, sé observador de sus sensaciones (siente el placer del otro u otra), sé sucio. Y yo, la verdad es que siempre sigo sus sabios consejos. A ambas nos ha funcionado muy bien. Claro, ustedes pueden poner cuantas “S” se les antojen.
3. Sé salvaje. Por un día, por unas horas o sólo por una relación sexual podrá ser una de las mejores experiencias en su vida, si es que no lo han practicado. A mí me encanta ser salvaje siempre, siempre. Por más dulce y suave que quiera ser en un inicio, mi lado pasional siempre me lleva hacia el lado más sucio, salvaje y caliente del sexo. Me encanta. Pero sé que esto depende de la personalidad, de los gustos, de los prejuicios, de la historia de cada uno. A mí me gustan las aventuras, odio la monotonía, me encanta vivir historias diferentes. Habrá a quien no. Pero un breve consejo de viernes es: atrévanse y esto aplica para hombres y mujeres (¡conozco a tantos hombres tan faltos de salvajismo en la cama!). Liberen sus fantasías, déjense llevar, aprendan de otros, pregunten a su pareja qué le parece salvaje y qué no, saber qué les excita más y entonces comenzar a explorar en el “wild side”. Y eso es tan subjetivo: lo que puede ser salvaje para mí no lo puede ser para alguien más o algo salvaje para alguien a mí me puede resultar aburridísimo. Por eso, esa definición la pondrá la propia pareja y cada una decidirá experimentar con sus propios juegos. Pequeño consejo para ellos: luego de nuestros días de menstruación (incluso, a muchas les sucede durante), sobre todo los primeros cinco días luego de que termina, las mujeres estamos especialmente susceptibles y somos particularmente salvajes. Chicos, prueben a hacer algo salvaje esos días, a ambos les encantará.
4. El orgasmo es de quien lo trabaja. Igual que como con el sexo oral, la práctica nos hace mejores. Para encontrar, alcanzar, perseguir o disfrutar del orgasmo también hay que tener una técnica y ponerla en marcha. Sobre todo cuando del femenino se trata. Aquí también se trata de saber con qué pareja estamos porque ya se sabe, cada cuerpo es un mundo entero por descubrir. A mí me ha funcionado determinar qué y como le gusta a él lo que yo hago justo en ese momento.
También me ha funcionado saber masturbarme bien para hacerlo a solas, saber qué me gusta y en donde, y también para hacerlo frente a él. Lo mismo sucede con él. Lo que algo para alguien le resultaba tremendamente excitante para otro no le puede hacer ni cosquillas. Y no se trata de rebobinar sino aplicar el aprendizaje obtenido de diversas maneras. Por ejemplo, si sé que a él le enloquecen ciertos movimientos míos, dejo eso hasta el final o cuando está realmente muy excitado. Digamos que hay que adaptar las posiciones sexuales in crescendo para que todo llegue a un fin placentero único. Pueden tener sexo salvaje y dulce y ver qué les funciona desde cada uno. Y entonces, poco a poco, descubrir su camino hacia el orgasmo.
5. Sexo matutino, vespertino, de madrugada, sexo diario. Aunque este cándido punto número 5 puede aplicar para quienes somos amantes del sexo, que no tenemos reparo en que pueda haber sexo a las 2 de la madrugada, a la hora de comida o a las 5 de la tarde, creo que a todos nos gustan las sorpresas, y si son sexuales, mejor. Sorprender e innovar puede estar también dentro de este consejo.
¿Qué tal que cualquier fin de semana se encierran en un hotel de la misma ciudad en que se encuentren para tener largas jornadas de sexo? ¿O, en todo caso, en lugar de ir a comer juntos en horas laborales encuentran un recoveco en el auto o un hotel? La imaginación es un punto clave para el buen sexo. Si la fomentas y tienes mucha creatividad nunca te faltará buen sexo salvaje y sorprendente.
6. Haz realidad tus fantasías y las del otro. En alguna ocasión hice un juego de fantasías. Existen algunos juegos parecidos en el mercado, pero éste decidí hacerlo yo con mi pareja de una manera muy sencilla y divertida. Escribimos en diversos papelitos nuestras fantasías y deseos más oscuros, perversos, divertidos, juguetones, imposibles casi de realizar y aquellos que por bobos o ñoños nunca los contamos a nadie. Así, él tenía una caja y yo la mía y cuando queríamos poner un poco más de picante o de juego a la relación, cada cual debía tomar un papel en la caja del otro, no decirle y tener esa semana para prepararlo.
7. Usa el lenguaje: Para el sexo salvaje o para el amoroso, tierno y cándido, las palabras, el lenguaje es importantísimo. Decirle a alguien que lo amas mientras haces el amor o le dices palabras “sucias” o hasta cierto punto perversas durante una sesión agotadora de sexo salvaje puede redituar en una escena por demás amorosa o en una digna de una película porno. Estoy segura de que muchos y muchas todavía no se atreven a decir o exclamar lo que sienten o desean decir en el instante mismo del sexo. Si optan por las palabras perversas o “sucias” entonces no se limiten. Si ya están allí, háganlo con todas sus vocales. Sepan que a fin de cuentas se trata de un juego consensuado, donde nadie es más ni menos que el otro, ni nadie se humilla ante el otro sólo por decir lo que desea o hacer realidad una fantasía.
8. No hagas el amor siempre igual. La monotonía puede aniquilar de tajo una relación. Por eso, infórmate, lee, busca nuevas cosas, habla con tu pareja y copia. Sí, si puedes, obtén casos de éxito de tus amigas y amigos en torno a ciertas cosas. Quizá no del acto per se como tal, pero sí de las circunstancias para sorprender a la pareja, de vestuario sexy, de ideas diferentes, de formas distintas de erotizar, de seducir, etc. Ya hay librerías especializadas en sexo donde encontrarás miles de lecturas para cruzar las fronteras del sexo cotidiano y aburrido.
9. De paseo por la sex shop: Vayan juntos, compren vibradores, escojan sus juguetes, tengan un repertorio de cosas para dar rienda suelta a los deseos. Experimenten con nuevas cosas, tal vez dentro de eso haya cosas o prácticas que les gusten como por el ejemplo el bondage, el sadomasoquismo, el fetichismo, etc.
Los juguetes para ellos se han extendido cada vez más, y aunque ellos no estén muy acostumbrados a eso, sea una buena manera de tener otro tipo de estimulación. Además pasa algo curioso: comprar y tener un nuevo juguete hace que uno desee usarlo inmediatamente para ver cómo se hace, qué se siente, cómo es y si nos gusta o no. Por eso, tal vez para cambiar la monotonía sea una buena manera el hecho de ir de compras una o dos veces al mes para, con el pretexto de probar el nuevo juguete, tener sexo diferente cada vez.
10. No sigas ninguna de estas reglas y crea la tuya propia: Al final, se dice que la mejor regla es que no haya reglas. Uno decide el camino a tomar, por dónde, por qué y con quien. En las mujeres nos funciona muy bien el instinto, incluso cuando de sexo se trata, en los hombres funciona su lado práctico y claro de las cosas. Ahí hacemos una buena mancuerna y cada relación será tan distinta como seres humanos sobre el planeta. Por eso, ¿cuál sería tu propia regla sexual, la infalible, la que a ti te augura el éxito siempre, para compartirla con todos?

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