jueves, 27 de octubre de 2011

Cuando el hombre no sabe estimular a su pareja


Hay un viejo refrán que dice "nadie nace sabiendo" y lo cierto es que la sabiduría popular no podía ser más verídica. Por supuesto, este refrán se aplica a todas las esferas de la vida, incluido el sexo.

Al contrario de un principiante, un amante experto normalmente se mostrará mucho más confiado en el acto sexual y probablemente tendrá una mayor sensibilidad (y habilidades) para brindarle a su pareja un placer más intenso.

La inexperiencia afecta fundamentalmente el rendimiento masculino debido a que el aparato genital de la mujer es mucho más complicado que el de los hombres. Si a esto le sumamos que también se requiere de una buena dosis de psicología femenina (estar atento a las palabras, los olores, el ambiente...). Podremos comprender que las primeras veces de los hombres no son del todo fáciles. Sin embargo, a veces la falta de sensibilidad y maestría masculina no se restringe a los jóvenes sino que es un problema que se arrastra a lo largo de la vida, en este caso está provocado esencialmente por los prejuicios.

En realidad hacer el amor es la cosa más natural del mundo pero aún así muchas personas no logran despojarse de sus barreras mentales y convierten este acto en un problema. Quizás lo más sensato sería dedicarse un poco más a la práctica y menos a la teoría. Y por teoría me refiero a todas esas ideas sobre el acto sexual que derivan de los patrones culturales y que conforman un entramado de falsas creencias y prejuicios. También se debe considerar que la educación sexual es algo reciente y son muchos los adultos que no han tenido este tipo de ?formación liberadora?.

Además de los prejuicios, los hombres usualmente se sienten muy agobiados por su desempeño. El problema es que el desempeño sexual muchas veces se confunde con una erección fuerte y duradera. De esta forma algunos hombres se saltan los preliminares apostando por la penetración pensando que esto le dará más satisfacción a su pareja. Obviamente, esta idea errónea se basa en un total desconocimiento de la sexualidad femenina.

Como resultado de la falta de maestría masculina en cuestiones de sexualidad son muchas las parejas femeninas insatisfechas que no se atreven a pedirle al hombre que cambie su rutina sexual. De hecho, son muchos los casos de mujeres que descubren después de varios años de matrimonio (quizás a través de una experiencia extraconyugal), que su "frigidez" realmente es una reacción ante la incompetencia sexual de su pareja. El hecho de probar estas experiencias con una persona mucho más desinhibida y sensible les permite descubrir sensaciones que ni siquiera imaginaban que existiesen. Lo interesante es que en muchos de estos casos la ?culpa? la arrastra la mujer que se martiriza con el pensamiento de la anorgasmia o la frigidez.

¿Qué hacer para superar este problema?

Realmente la respuesta es muy simple: preguntarle a la pareja qué le gusta y entregarse sin reservas al acto sexual con una única idea en mente: darse placer mutuo.

Fuente: http://sexo-eros.blogspot.com/2011/10/cuando-el-hombre-no-sabe-estimular-su.html

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