
Entonces... ¿por qué no explorar nuestra huella erótica?
Céntrate en tu vida adulta y responde estas sencillas preguntas:
- ¿En qué momentos de tu vida has sentido más deseo y has experimentado un placer mayor?
- ¿Qué lugares, momentos del día o pareja te han excitado más?
- Establece las diferencias y las semejanzas de los momentos, parejas o lugares que has evocado y tu vida actual.
Céntrate ahora en la niñez y adolescencia para responder:
- ¿Cómo comprendían los miembros de tu familia la sexualidad? ¿Qué actitudes tenían en relación al sexo?
- ¿Cómo fue tu primera experiencia sexual?
- ¿Cómo han influido esas experiencias en tu comprensión actual de la sexualidad y en tu desempeño sexual?
Ahora centrémonos en el presente:
- ¿Qué cosas aumentan o disminuyen tu deseo sexual?
- Imagina una situación erótica perfecta.
Una vez en este punto, y por supuesto, después de mucha reflexión de nuestra parte, deberíamos ser capaces de comprender por qué somos como somos en materia de sexualidad. La propuesta de la huella erótica es un intento de mirar a nuestro pasado sexual, analizarlo y comprender cómo está determinando nuestro presente. Entonces lo más importante es preguntarnos: ¿qué podemos hacer para erradicar todos los aspectos negativos que hemos enumerado? ¿qué podemos hacer para recobrar las situaciones particularmente excitantes? ¿qué podemos hacer para cumplir con nuestras fantasías eróticas? Sin lugar a dudas es un ejercicio que debemos realizar a conciencia al menos una vez en la vida.
Fuente:
Chia, M. et. Al. (2000) La pareja multiorgásmica. Madrid: Neoperson.
Fuente: http://sexo-eros.blogspot.com/2010/03/la-huella-erotica-una-forma-de.html
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